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Con la finalidad de ampliar tus conocimientos y que tu experiencia sea integral, te presentamos una serie de aspectos culturales de la región totonaca, así como una serie de ideas y pensamientos de diversos autores e instituciones que hablan sobre la importancia de la revitalización, fortalecimiento y/o difusión de las lenguas indígenas.
 
¿Sabías qué?...
 
El sombrero entre los totonacos es de palma y tejido a mano. Aunque actualmente también usan sombreros industrializados; su uso es cotidiano y forma parte de la vestimenta. Como una forma de respeto, en los actos ceremoniales, los totonacos se descubren la cabeza quitándose el sombrero.
En la vestimenta de los totonacos de la costa, los varones usan el luxu, el cual se trata de un pañuelo enrollado que colocan en el cuello. Para asegurar que no se caiga, le hacen un nudo que además sirve como adorno. Algunos abuelos totonacas dicen que el luxu enrollado simboliza la serpiente que representa la sabiduría.
 
Regularmente los totonacos al visitar a sus familiares o amigos, lo hacen en pareja, es decir, el esposo va acompañado de su esposa. Los visitantes al llegar a la casa de sus fa- miliares o conocidos, el que expresa el saludo verbal para ser recibido, es el hombre.  
 
Los totonacas mantienen la costumbre de visitarse entre familiares y conocidos para compartir alimentos derivados de la cosecha. Por ejemplo, es común que se inviten elotes, frijoles en vainas, plátanos y otros productos que se cultivan en la región.  
 
Entre los totonacas, los abuelos son considerados como máximas autoridades. Cada vez que hay reuniones familiares o comunitarias para tratar diferentes asuntos, por su trayec- toria y experiencia, los consultan para establecer los acuerdos o para tomar decisiones.  
 
Por lo general, los padres y abuelos totonacas, acostumbran heredar sus nombres a sus primogénitos. La persona que hereda el nombre, la consideran como lakgxokgo, ‘heredero (a)’.  
 
Como en otros grupos sociales, los totonacas mantienen formas propias de educar a los hijos. Ejemplo de ello es que a los hijos se les enseña el respeto y comportamiento ade- cuado en el momento de estar frente a los papás o a los abuelos, al ser aconsejados o por alguna llamada de atención. Es decir, se les enseña a obedecer y a no mantener contacto visual hacia sus mayores o ser prepotentes.  
 
Don Juan Simbrón Méndez es reconocido como el líder moral y espiritual de los totonacas, ha contribuido en la preservación, promoción, respeto y difusión de la cultura Totonaca. En el año 2009, recibió una medalla de reconocimiento por el programa de Tesoros Veracruza- nos Vivos por parte de la UNESCO. En el 2011, recibió la medalla y diploma Adolfo Ruiz Cortines. Su frase célebre es: “No con tambor de guerra si no con bandera de paz”.  
 
El Municipio de Mecatlán, se conoce en lengua totonaca como Kamayakni que en español se traduce como ‘el lugar de los bejucos’. Algunos habitantes de las comunidades que pertenecen a Mecatlán, también le dicen: Kachikín que literalmente en español se entiende como ‘lugar donde hay muchas casas’. La feria patronal de Kamayakni se celebra el 29 de septiembre en honor al santo patrono San Miguel Arcángel, llamado en lengua totonaca como Samíyelh.  
 
Los totonacas tienen como deidad a Aktsin, en español se le conoce como ʻDios del Trueno.ʼ Cabe mencionar que esta forma de nombrarlo lo usan los hablantes de la costa, mientras que los hablantes de la sierra le dicen Aktsiní.  
 
La Fiesta Patronal del Municipio de Coyutla se lleva a cabo el 30 de noviembre en honor al Santo Patrono San Andrés. Los vecinos de otros municipios y comunidades cercanas, acuden a festejar al Santo Patrono, que en la lengua totonaca lo conocen como San Ántres.  
 
El municipio de Filomeno Mata ha tenido varios nombres. Inicialmente se le llamaba Meztitlán que significa ‘lugar dedicado a la luna’. Después se le llamó Santo Domingo Mez- titlán. Finalmente, en el año de 1932, fue denominado Filomeno Mata en honor a éste periodista liberal. Algunos habitantes de dicho municipio, así como los de municipios vecinos, le conocen aún como Sanminku.  
 
Una de las tradiciones que se destaca entre los totonacas, es la práctica de diferentes formas de la educación familiar y comunitaria en las cuales se van integrando las nuevas generaciones. Tenemos un ejemplo al respecto, cuando las personas adultas mantienen alguna conversación, comúnmente la llevan a cabo de manera privada, en donde los ni- ños y los jóvenes no son partícipes.  
 
Para expresar el concepto ‘lengua o idioma’ en totonaca tenemos dos formas: el primero es tachiwín, mientras que el segundo es lichiwin. El uso de ambas palabras no tiene ninguna restricción, queda al arbitrio de cada hablante de la lengua totonaca.  
 
Los totonacas para invitar algún alimento usan la palabra kawát ‘come o toma’. Ésta palabra es común, aunque existe otra forma más para hacer una invitación. En algunas ocasiones usan la palabra kakgalhwánanti que significa ‘prueba’.  
 
Uno de los elementos más representativos de la cultura totonaca son sus danzas tradicionales. En el Totonacapan se han registrado cerca de 20 danzas, entre ellas están: Voladores, Negritos, Guaguas, Moros y Españoles, Santiagueros, San Miguelitos, Quetza- les, Toreadores, Tejoneros, Malintzin, Negros Reales, Huehues, Lakapíjkuyus, Ormegas, Negros Amarillos, Lakgakgolú, Voladores de la Sierra, Xochitijnij y Danzas de Carnaval.  
 
La zona arqueológica Cuyuxquihui se fundó en 1250 D.C., después de la caída del Tajín. Su nombre proviene de la lengua totonaca kuyu ‘armadillo’ y kiwi ‘árbol’; su significado en es- pañol es ‘árbol de armadillo’. Este árbol florece en el monte, su corteza se parece al caparazón del armadillo.  
 
La zona arqueológica de El Tajín fue inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1992 por ser un monumento sobresaliente de una etapa histórica de la humanidad. En ella se han identificado aproximadamente 200 edificios y 17 canchas de juego de pelota.  
 
Kuchinamputún literalmente se entiende como: ‘quiero curar’. Sin embargo, ésta palabra no se usa con ese sentido, pues la gente la emplea con el significado de ‘fumigar’ que refiere al acto de aplicar herbicida en los campos agrícolas.  
 
En cada jornal de trabajo, los totonacas acostumbran que cada persona lleve sus alimetos desde la mañana para la comida del medio día. Las esposas muy temprano preparan la comida que han de llevarse sus esposos. Generalmente los alimentos son envueltos con hojas de plátano u hojas de papatla, después se cubren con servilletas de tela bordada.  
 
Tradicionalmente los totonacas usaban el puwá ‘guaje’ para depositar las tortillas en la mesa. Actualmente, su uso es escaso. Algunas personas depositaban las tortillas en el guaje y lo tapaban con sekgnápalhma ‘hoja de papatla’, ya que al estar caliente la tor- tilla, con el vapor, se logra que esta hoja desprenda un olor agradable el cual se im- pregna en las tortillas.  
 
Papantla es reconocido como pueblo mágico. En este lugar celebran la Feria de Corpus Christi ‘Cuerpo de Cristo’. Esta feria en algunas ocasiones inicia a finales de mayo o principios de junio, dependiendo de las fechas de Semana Santa. El momento cumbre de esta festividad se conoce como Festival Xanat, se trata de un espectáculo nocturno con luz y sonido, en donde las diversas danzas hacen gala en el escenario.  
 
Entre los totonacas, cuando una persona adulta padece de diarrea, es común que usen la palabra tastín, ya que resulta menos impactante y no ocasiona pena, en cambio la pa- labra tapukgan, es menos usada porque suele ser un término que exhibe a la persona adulta y por respeto no se usa. Sin embargo, cuando los niños padecen este problema de salud, no hay inconveniente en el uso del término tapukgan para describir dicho malestar.  
 
Las palabras kgewi ‘frío’ y chichi ‘caliente’ son términos importantes para los médicos tradicionales totonacas, ya que ellos distinguen las plantas medicinales con estas ca- racterísticas que pueden beneficiar la salud. Por ejemplo, el piníkuchu ‘jengibre’ es caliente, al combinarse con miel de monte sirve para desinflamar el vientre de las mujeres recién aliviadas. Por otra parte, la planta xchankat paxni ‘caña de jabalí’ es fría, al consumirse puede perjudicar la sangre.  
 
Antiguamente en creencia totonaca, una persona gorda u obesa, no era vista como al- guien con problemas de sobrepeso; se consideraba como alguien bien nutrido y fuerte. En la sociedad no era especie de burla, ni aun cuando en una conversación llegaba a ser el tema principal.  
 
En 1935 se crea el municipio de Chumatlán, su construcción más antigüa es la iglesia de la Santísima María de Natividad, edificada en 1530. La fiesta patronal se realiza del 5 al 10 de septiembre, resaltando las procesiones y las danzas.  
 
Los totonacas recurren a los diferentes aconteceres de la naturaleza para orientarse en los tiempos. Por ejemplo, para saber en qué momento deben concluir la jornada laboral, es co- mún que se guíen en los cotorros o los papanes, estas aves perciben el atardecer y retor- nan a sus lugares de reposo. Durante el viaje, regularmente lo hacen cantando y volando en pareja o en grupos. En el momento en que esto ocurre, es común que los totonacas decidan concluir con su jornada laboral.  
 
En el municipio de Zozocolco de Hidalgo, la feria patronal se realiza el 29 de septiembre en honor a San Miguel. Durante los primeros días del mes de noviembre, se lleva a cabo la festividad de los globos de Zozocolco, un suceso de reciente creación. En dicho evento, se realiza el concurso nacional de globos de papel de china.  
 
En los pueblos totonacos se realizan 2 siembras de maíz al año, la primera de ellas se efectua en el mes de junio; regularmente el grano de maíz brota al tercer día, a esta siembra se le conoce con el nombre de pustakgna. Por otra parte, la siembra que se realiza por el mes de noviembre se le conoce con el nombre de mulajchi, esta siembra no es tan abundante como la primera, por la temporada de frío.  
 
Como todas las culturas en el mundo, los totonacas establecieron sus unidades de medidas. Ejemplo de ello es el cuartillo, el cual equivale a 2 kilogramos aproxi- madamente. Con base a esta medida empezaron a llevar a cabo las siembras del maíz. Cada cuartillo de maíz puede abarcar 1,500 mts cuadrados de terreno aproximadamente.  
 
Dentro de la cultura totonaca, existe la idea de que el cuerpo posee tres tsastún o chastún ‘ángulos o esquinas’. Una de ellas es el kgalhtsán ‘quijada’ que forma un ángulo en la parte superior del cuerpo, la otra es el makglhtsán ‘codo’, que constituye también otro ángulo en el cuerpo. Por último se tiene el tsan ‘talón’, es otro de los ángulos que se posee en la extremidad inferior del cuerpo.  
 
Los totonacas han sido muy cuidadosos en usar palabras para hacer mención de las partes íntimas del cuerpo, se puede comprender que lo consideran tabú. El uso de ellos en público es muy escaso ya que puede ser ofensivo para los demás, sobre todo a las mujeres. Es por ello que a los hijos se les prohíbe hacer uso de ellos aunque los conocen.  
 
Los totonacas mantienen costumbres y pensamientos para el cuidado de la vida. Por ejemplo, cuando se trata de los partos, el cordón umbilical del recién nacido se le busca un lugar especial para enterrarlo, este debe ser un espacio en donde no haya acceso fácil. El cordón umbilical se entierra a una profundidad de aproximadamente 40 centímetros, ya que se cree que si se hormiguea, el recién nacido puede padecer de granos en el cuerpo.  
 
Entre los totonacas existen formas propias de curar algún malestar o padecimiento. Los médicos tradicionales consideran que un susto puede ocasionar que el paladar no esté en la postura adecuada, generando la falta de apetito. Ante esto, el médico tradicional interviene para acomodar el paladar, en donde introduce el dedo índice por la boca del paciente. En la yema del dedo se unta ajo o tizne del comal para facilitar el contacto con el paladar.  
 
Los totonacas son respetuosos con la naturaleza y de los diferentes fenómenos que en ella ocurren. Un caso es cuando hay eclipse lunar, a las mujeres embarazadas se les prohíbe contemplar tal acontecimiento ya que su bebé puede nacer con labio leporino o con algu- na deformidad en su cuerpo.  
 
Los totonacas consideran al eclipse lunar o solar como un acontecimiento de peligro para su existencia, ya que una de sus deidades es atacada en tal suceso. Por ello, acostumbra- ban hacer ruido fuerte con: cohetes de arranque, gritar, tocar cuernos, emitir ruidos con los sartenes o cualquier otro tipo de lata o metal, esto lo realizan como apoyo y envío de energía a la luna o al sol, para que pueda vencer en tal combate.  
 
Las decisiones de los abuelos totonacas son muy respetadas, incluso, algunos antes de su muerte, dejan dicho a quienes les heredarán sus bienes. En algunos casos heredan algo en especial a los hijos o nietos quienes llevan el mismo nombre de ellos.  
 
Los totonacas establecían y cumplían ciertas normas para casar a sus hijos. Una de ellas es que los hijos mayores son los primeros en casarse; posteriormente los hermanos menores. Por ello, como criterio se establecía que los menores no tenían derecho a casarse primero que los mayores. Esta situación se aplicaba en hombres y mujeres. Sin embargo, en la actualidad ya es poco común, debido a los cambios que han sufrido los diferentes grupos sociales.  
 
Los totonacas poseen pensamientos que les permite cuidar a sus hijos y a la naturaleza. Por ejemplo, cuando una planta está produciendo por primera vez, a los hijos mayores no se les permite cortar o extraer el producto de ella, ya que por ser los mayores tienen la sangre fuerte y se entiende que consumen todo lo de la planta, sin dejar algo para sus hermanos.  
 
Los totonacas tienen sus propios métodos para pronosticar el clima de un año entrante. Cuentan los primeros doce días de cada año entrante, donde cada día representa un mes, por lo tanto, las condiciones climáticas de esos días, indican que así será el clima que se tendrá en cada mes.  
 
Akgkawitu es la palabra más común entre los totonacas para expresar ‘once’. Sin embargo, existe otra palabra que es poco usual, se trata de akgkutúm ‘once’. Regularmente las personas que lo usan son la gente adulta.  
 
En la actualidad, la numeración en totonaca es menos usado por las nuevas genera- ciones. Por ejemplo, para el número ‘cincuenta’ en totonaca se dice tipuxamakáw. Generalmente esta expresión lo usan los abuelos, en cambio, los jóvenes dicen itat sientu o ‘cincuenta’ para referirse a esta cantidad. Itat sientu literalmente se entiende como ‘mitad de un ciento’.  
 
El 21 de septiembre se lleva a cabo la Fiesta de San Mateo en el municipio de Coxquihui. Los antiguos pobladores le llamaron así porque en ese lugar abundaba la planta conocida como kuxkiwi ‘palo de chamalote’. Por otra parte, vale la pena resaltar que en la comunidad de El Ojital existen algunas ruinas no descubiertas, donde se cree que fue el primer asentamiento humano de lo que hoy es Coxquihui.  
 
El nombre del municipio de Coahuitlán en lengua totonaca se dice Kakiwinti que significa ‘lugar de los árboles’. Sus habitantes son conocidos en otros municipios como: Likiwinti ‘los de Kakiwinti’. Por otra parte, este municipio cuenta con un lugar llamado lakglhukunchíwix ‘piedra agujerada’, en ella hay un puente natural de piedra; en la parte de arriba tiene un agujero por donde sale el agua filtrada, misma que pasa por debajo del arco del puente.  
 
En el municipio de Espinal, la Fiesta del Santo Patrono se realiza del 19 al 27 de marzo en honor a San José. En la lengua totonaca este municipio se le conoce como Kalhtukunín ‘lugar de espinas’. Cabe mencionar que una de sus comunidades llamada Comalteco, cuenta con una zona arqueológica.  
 
Los municipios de Zozocolco de Hidalgo y Coxquihui, se caracterizan por ser los que trabajan la cera y la madera que se ocupan en la elaboración de adornos para las fiestas religiosas y las danzas. Elaboran figuras coloridas de cera y diversos diseños de máscaras de maderas que son ocupadas en las danzas de la región.  
 
Antiguamente, en algunas ocasiones los totonacas no recurrían al dinero para el pago de las jornadas laborales, existía la ayuda mutua o mano vuelta, esta forma de colaborar consistía en acordar los días para realizar o concluir el trabajo en conjunto.  
 
En la región totonaca es común la elaboración de los comales de barro. Para ello, los toto- nacas acostumbran pedir permiso a la tierra para extraer un poco de ella para ocuparla. Algunas personas acostumbran que una vez amasada la tierra para elaborar el comal, la revuelven con arena; otros muelen la piedra de chililikx y la revuelven con ella. El chililikx es un tipo de piedra fina que regularmente se consigue en los montes.  
 
Otra creencia de los totonacas, es que cuando la mujer está echando tortillas, en el momento en que está “torteando” (para darle forma), se dobla la tortilla, esto indica que se aproxima una visita a la casa.  
 
Las mujeres totonacas le llaman spilin a los pollos que son pintos, es decir los que tie- nen el plumaje de color negro y blanco. En algunos contextos modernos lo conocen como ‘pollo abado’. El término spilin no quiere decir que es el que se usa para ‘pinto’, sino se usa exclusivamente para este tipo de pollos.  
 
En algunas ocasiones los totonacos usan el nombre de los colores para nombrar a los animales. Para asignar cierto nombre, recurren al color del animal y llamarlo de acuerdo a la característica que posee. Por ejemplo, cuando un perro es de color café, en algunos casos le llaman chukulat ‘chocolate’.  
 
Lhkgonan o lhkgon ‘maíz rojo’ es considerado como ‘maíz macho’. En la creencia totonaca se dice que este maíz ayuda y cuida a los demás, sobre todo cuando son milpas y el viento les pega fuerte. Cuando esto ocurre, se cree que lhkgonan es el que anima a las demás milpas a levantarse.  
 
Existe una especie de árbol que le nombran tsisakiw. Su traducción al español es ‘árbol del amanecer’. La flor de este árbol tiene un aroma muy agradable por las mañanas, el cual causa armonía y tranquilidad. Muchas de las personas que salen desde muy temprano de sus casas a caminar, logran disfrutar de este agradable aroma.  
 
Los totonacas tienen varias formas de cazar animales silvestres. Una de ellas se describe a continuación: cuando se esconde en una cueva algún animal y se les complica sacarlo, ya sea por las piedras o por falta de herramientas para escarbar, recurren a quemar chile y lo echan a la cueva; por tener un olor fuerte obliga al animal a salirse de la cueva.  
 
En algunas ocasiones los animales domésticos pueden ser atacados en las noches o en las madrugadas por los murciélagos. Cuando esto ocurre, los totonacas buscan formas de proteger a sus animales. Una de ellas es colgar un pedazo de ajo en el lugar donde descansan. Otras veces, lo que hacen es moler un poco de ajo y lo disuelven en agua, después les untan en todo el cuerpo a sus animales o riegan esta sustancia alrededor del lugar donde se resguardan. Se tiene la creencia que el olor del ajo aleja al murciélago.  
 
En algunos hogares totonacas, sobre todo en la sierra, se acostumbra a comer con mucho picante. Cuando las mujeres preparan el almuerzo para sus esposos, en ocasiones acostumbran asar chile y lo embarran con sal para después integrarlo en los alimentos. Inclusive, hay familias que el mole lo consumen picoso.  
 
El sabor del ‘cedro’, puksnánkiwi es amargo. Algunos totonacos la ocupan para medicarse. Lo usan para las personas que padecen asco, el cual les ocasiona la falta de apetito. Por ello llevan un tratamiento en donde se les pide a los pacientes hervir hojas de este árbol para beber un poco y darse baños con ella, sugieren que este proceso lo realicen por tres días consecutivos.  
 
Sekgsi es la palabra que usan los totonacas para referirse a ‘dulce’. Sin embargo, los totonacas de la sierra llaman sekgsi a la ‘panela’. Por otra parte, los hablantes del toto- naca de la costa a la ‘panela’ le llaman chinkaka.  
 
Los totonacas interpretan cantos de alabanzas para festejar a sus difuntos en la festi- vidad del día de muertos. Por lo regular, los cantos de alabanzas se entonan en parejas. Las parejas, se conforman de acuerdo al tono de voz que se requieren. Antes de efectuar los cantos, regularmente las personas afinan su voz tomando un poco de kuchu ‘aguardien- te’.  
 
Una de las creencias de los totonacas es; cuando nace un ser humano, es enviado a este mundo con su animal protector, algunos lo nombran xkuxta, ‘su animal’. Esta creencia en algunas ocasiones se ha confirmado, es decir cuando una persona fallece, de inmediato muere también el animal con quien se le ha enviado al mundo.  
 
Los totonacas tienen la creencia de que el camote no debe arrancarse de la tierra en las tardes, ya que su tamaño en ese momento se reduce. Por ello, los abuelos totonacas sugieren que esto lo hagan por las mañanas, que es cuando tiene su tamaño normal.  
 
En tiempos de lluvia y de frío, cuando los totonacas se encuentran en sus casas, acos- tumbran echar en las brazas, la papa de monte o el plátano para asarlos. Con esto en- tretienen el paladar mientras platican con la familia o con algún conocido que llegara a visitarlos.  
 
Cuando un muchacho pide a una joven y es correspondido, es costumbre entre los totonacos que el novio se encargue responsablemente de la elaboración del altar en la casa de sus futuros suegros. También debe llevar una ofrenda (una dote) especial. Por ejemplo, una pierna de puerco, entre otras cosas útiles para la ocasión.  
 
Cuando se siembra el maíz, los totonacas suelen hacer las invitaciones ocho días antes de la siembra. Por otra parte, las personas que ayudan a efectuar la siembra, es común que sus esposas ayuden a moler a la esposa de quien se le esté ayudando a sembrar. Cabe mencionar que las mujeres no se invitan, pero el hecho de que sus esposos ayuden en la siembra, ellas se sienten comprometidas en ayudar. Al final de la molienda, la dueña de la casa invita comida para llevar a sus ayudantes.  
 
Los totonacas no permiten que los niños, aún siendo sus hijos, desgranen el maíz que se destina para la siembra. Esto se debe a que sus manos aún están tiernas y no tienen la suficiente fuerza de la vida que ayuden a la semilla a brotar y poder producirse bien en la tierra.  
 
El maíz que se destina para sembrar se le conoce como xokgonat, literalmente se en- tiende como ‘con lo que se paga’. Se le conoce así porque es la que se ocupa para re- poner de lo que se ha cosechado.  
 
En ocasiones, los totonacas queman en el terreno donde destinan sembrar el maíz. Acostumbran sembrar en la milpa otros productos como ajonjolí, chile, tomate, entre otros. Cuando queman, al día siguiente desde muy temprano riegan semilla de chile, ajonjolí, y tomate. El motivo de esto es que en el terreno todavía hay ceniza y en ella se pueden es- conder las semillas que se riegan y así se evita que los pájaros se lo coman.  
 
Se cree que cuando los niños deshojan la mazorca y encuentran un grano de maíz en- vuelto en su hoja, indica que el niño en su escondite será difícil que lo encuentren. A es- te grano de maíz lo llaman xatatsekgni kuxi.  
 
En los montes existen posibilidades de encontrar víboras o culebras. Cuando los toto- nacas tumban algún monte para efectuar la siembra, prevén muchas cosas. En algunos casos la gente adulta lleva consigo el tabaco, puesto que lo ocupan para espantar a las ví- boras y evitar ser atacados. Se cree que las víboras no soportan el olor del tabaco, por tal motivo queman un poco de tabaco para que desprenda su olor mientras se trabaja.  
 
En las bodas totonacas se practica un ritual conocido como xalaktsú que literalmente se entiende como ‘los chiquitos’. Esta ceremonia la ejecutan los familiares de los casados. Consiste en dar vueltas bailando en doce sones alrededor de la mesa principal. Al término, se ejecutan otros doce sones pero las vueltas se ejecutan en sentido contrario.  
 
Tradicionalmente el tsakátkiwi ‘árbol de hule’, conocido también como ‘el palo volador’ era lo que ocupaban los voladores para efectuar sus vuelos. Para el corte se realiza un ceremonia de permiso a Kiwikgolú ‘Dueño del Monte’, de igual manera se le pide perdón por el sacrificio que se le hará al tsa- kátkiwi.  
 
Los totonacas de la costa dicen kgosni cuando se refieren a los ‘voladores’. Esta palabra se deriva de kgosa ‘él o ella vuela’. Sin embargo, los totonacas de la sierra usan otro término para expresar esta misma idea, dicen kgostantlin, que literalmente se entiende como ‘danza que se vuela’.  
 
Algunos abuelos totonacas que saben tocar algún instrumento musical, en especial el violín y la flauta, cuentan que aprendieron a tocar a través de memorizar en silbidos los diferentes sones. Estos silbidos lo escuchaban de la gente adulta, sobre todo cuando trabajaban en el campo, quienes acostumbraban a silbar los diferentes sones.  
 
Los abuelos totonacas cuentan que hace mucho tiempo, en la comunidad de La Ceiba, del municipio de Mecatlán, en un lugar llamado Kiupan, vivían los Xintilh, ‘hombres bravos y agresivos’ que comían a las personas. Se cree que Kiupan es una cueva que al interior tiene edificaciones hechas por los Xintilh. Estos hombres se caracterizaban porque construían diversas edificaciones, por lo general en las noches. Se cree que ellos construyeron la iglesia del municipio de Mecatlán.  
 
En las bodas totonacas, los papás acostumbran ofrecer regalos a sus hijos. Uno de los regalos más comunes es el xwati ‘metate’ y el machita ‘machete’. Se cree que estos regalos no deben faltar ya que son uno de los principales elementos que permiten cumplir con las tareas específicas de un matrimonio.  
 
Entre los totonacas se tiene mucho cuidado con la cuna de un bebé. Se dice que el cuerpo es sabio, es por eso que cuando a un bebé se le prepara una cuna, su cuerpo reconoce que es de su propiedad. Por tal motivo se prohíbe mecer la cuna cuando el bebé no está en ella ya que en el momento de volver a acostarlo, empieza a llorar mucho. Se cree que el llanto se debe a que el cuerpo del bebé se da cuenta que su cuna ha sido tocada por otra persona.  
 
Por creencia totonaca, no se permite señalar con el dedo índice la flor de alguna planta comestible. Pues con esta acción, se espanta al nuevo fruto que se está formando y se cae. Es por ello que no debe anunciarse de esta gestación. Se cree además que el ser humano puede transmitirle malas energías con el dedo índice al señalarla, el cual la enferma y se cae.  
 
Los totonacas consumen en caldo la flor de calabaza y la flor de pipián. Dicen que la calabaza y el pipián tienen dos tipos de flores, las que producen y las que no. Se les conoce como akgxánat a las flores que no producen, estas son las que se consumen en caldo. Regularmente las cortan desde muy temprano, incluso, antes de que salga el sol.  
 
Una de las deidades totonacas es conocida como makgtakgalhnanín, ‘los cuidadores’. Se sabe que todo lo que se encuentra en la naturaleza tiene sus dueños o cuidadores, por ello, cuando requieren algo de la naturaleza, acostumbran a pedir permiso con sus cui- dadores correspondientes.  
 
Dentro de la tradición oral totonaca, se aconseja a los hijos a no tocar al colibrí, ni si- quiera su nido o su huevo, ya que al hacerlo traerá mala suerte en sus vidas. Si se trata de un niño, cuando crezca se le quebrará su machete y no podrá hacer su milpa. Si se trata de una niña, se le quebrará la mano del metate y no podrá hacer sus tortillas.  
 
Los totonacas tienen por creencia que, antes de ir a pescar por la noche, es recomen- dable que la persona que vaya a efectuar dicha acción no cene carne en esa noche. Debe consumir chile con tortilla, ya que con esto se transmite un mensaje a las deidades de que en la casa se come chile, y que permitan realizar la pesca con éxito para llevar carne a la familia.  
 
Algunos abuelos totonacas poseen la habilidad de descubrir el don del recién nacido. Regularmente esto ocurre con las parteras. En el momento en que nace un bebé, al to- marlo con sus manos, lo observan detenidamente para visualizar el don del recién nacido. La persona que posee esta habilidad, en ocasiones se le conoce como katsiná.  
 
Algunas parteras totonacas aparte de atender a las mujeres que dan a luz, tienen habili- dades para sobar y sanar a las personas que sufren algunas fracturas, desgarres o algún dolor corporal. Por ello, las reconocen también como sobadoras. La gente acude a ellas cuando sus hijos padecen de algún dolor, o cuando sufren alguna fractura.  
 
Los totonacas pronosticaban el clima basándose en los diferentes aconteceres de la naturaleza. Una forma de saber el clima a futuro es a partir del canto de un gallo; presta- ban mucha atención en los momentos en el que cantan y la forma en que lo hacen, ya que esto puede indicarles sobre el clima que se espera.  
 
El tamaktin o skawawa ‘totopo’ que usan los totonacas como una de las ofrendas para el día de muertos, se prepara a base de masa, huevo y endulzante y posee una textura delgada. Algunas personas la consumen doradas y lo acompañan con café.  
 
Los totonacas usan el concepto takgalhkgáman ‘broma’, que literalmente se entiende como ‘el juego en la boca’. A los hijos cuando se les empieza a permitir a ayudar en las siem- bras, generalmente se les aconseja que no se involucren en las bromas de las personas adultas.  
 
A los niños se les enseñaba la postura correcta que deberían mantener en el momento en que tomaban sus alimentos. Se decía que sus piernas deberían permanecer juntas y no entreabiertas, ya que si esto ocurría, cuando fueran adultos, en su trabajo les tocaría surcos anchos y al ser así los atrasaría de los demás trabajadores. Esta creencia estuvo vigente por mucho tiempo, hoy en día está en desuso.  
 
La ceremonia llamada litakin ‘levantamiento del niño’ se lleva a cabo seis días después del parto. Consiste en lavarle las manos con aguardiente a la partera, a los abuelos y los que ayudaron durante el parto, esto lo realizan los papás del recién nacido. La finalidad de la ceremonia es limpiar y purificar a las personas que fueron partícipes en el parto para que no les genere algún asco o malestar en su vida. Asimismo, se cree que cumpliendo con esta ceremonia, el niño crecerá sano.